Friday, October 29, 2004
Jueves 28. Noche. Café “La Selva” en la Condesa. Tardé en llegar. Siempre me confundo en las callecitas de dicha colonia. Todo para ver al otro Alex. Fue él quien quiso verme, yo no, y la verdad no entiendo para qué si durante los 45 minutos que nos tomamos nuestras infusiones de manzana, se estaba durmiendo. Bostezo tras bostezo. Se dice un hombre muy ocupado y que por eso tardó 32 días en poder volver a verme, pero no tuvo empacho en contarme que su cansancio y desvelo era porque toda la semana se la pasó de antro en antro y chela tras chela. Y eso que no tiene tiempo, imagínense si tuviera.
Llevábamos media hora apenas dizque charlando cuando me contagió su sueño. Como dije ya hace varios posts, es evidente que no tiene interés en mi, y sin embargo, el haber querido verme fue como una limosnita, algo así como “Ok ok, lo veré para que no diga”, como haciéndome el favor. Si bien digo que mis nicks del messenger nunca fallan; uno de ellos: Buscando migajitas de amor...
Pedí la cuenta y nos fuimos. Al cruzar la calle me detuve en seco y le di un abrazo. Le desee Felíz Navidad y Happy New Year.
Un sujeto más que me batea y que nunca volveré a ver.
Wednesday, October 27, 2004
“Royale with cheese?”
Varios días sin escribir. Flojera simplemente. Aunque no ha sido por falta de nuevas noticias o acontecimientos. El más importante de ellos es que finalmente cruzaré el charco llamado Oceáno Atlántico. Sin que hace menos de 2 semanas siquiera lo imaginara, pasaré todo diciembre en el viejo continente. Habrá una convención sobre Derechos de Autor en París y Cabourg, Normandía. Fui invitado y becado por los organizadores. Me llamaron desde Francia en un inglés afrancesado.
La cosa es que estaré en París 10 días exactos. 5 que durará la convención, y 5 que correrán por mi cuenta. Finalmente podré corroborar si Vincent Vega (John Travolta en “Pulp Fiction”) decía la verdad: que las asquerosas hamburguesas “quarter pounder” de MacDonald’s son conocidas como “Royale with cheese”.
Los otros 12 días (porque serán 22 en total) los pasaré haciendo base en Den Haag, La Haya, Holanda, donde se encuentra mi hermana. De ahí me moveré por todo Holanda y Bélgica. Y pensar que ni me despedí de mi hermana cuando se fue hace un par de meses; ahora estaré con ella y Bassie todo diciembre.
Toda la semana fue movida en cuanto a conseguir un vuelo en las fechas que yo quisiera. Todos los gastos corren por cuenta de mi trabajo, así que aproveché y el vuelo será directo a Amsterdam… oh… ciudad de güeros y llamada capital gay del mundo. Queda a tan solo 40 minutos de La Haya. No sé qué tanto haré por allá, pero lo que sea que haga, sé que tendrá que ser super abrigado pues dice mi hermana que en diciembre la temperatura promedio es cero grados, y yo tan delicado que soy de las vías respiratorias. Si así está el frío, entonces ¿qué atuendo deberá llevarse a la fiesta “Salvation” que se organiza cada viernes quincenal en una famosa disco holandesa? Porque coincidirá con mi estadía por allá, ya me han dicho que es la fiesta-disco gay más famosa de Europa, y no me la puedo perder. He visto fotos y ¡esos güerotes! … pero… ¿me dejarán entrar? Soy moreno, y feo. Mmmh, creo que mejor no iré.
Thursday, October 14, 2004
Mientras Eduardo “nace” por completo, no puedo dejar de repasar lo que me ha sucedido éstos últimos días:
Como supongo ha de suceder con los alcohólicos o drogadictos, por más que quiero no puedo dejar de ingresar a páginas de chat. Los contactos del messenger ya han quedado todos eliminados, la mayoría además bloqueados. Si alguien quiere charlar conmigo, tendrá que ser él quien abra la ventana, yo ya no le buscaré la cara a nadie. Es curioso ver el Messenger vacío, con la leyenda “Your contact list is empty”. En éstos días solamente ED ha abierto la ventana dos veces y he tenido charlas agradables con él, aunque ya le dije que quiero darle dos jalones de patillas, uno por haber sido suspendido dos días laborales (Cinépolis) cuando apenas tendrá 3 semanas que ingresó; y otro por haber tronado con su novio Georgie. Dice él que mi enojo es porque tengo super idealizada la figura de un noviazgo, y bueno, no es idealizar, simplemente que ya quisiera yo haber tenido a alguien conmigo. Qué desperdicio que las parejas truenen, pero bueno, Eduardo no tronará conmigo jamás. Otro que abrió una ventanita de messenger con nefastos resultados, fue Alex (el de hace 3 semanas; mi auto; caricias tiernas bajo la lluvia ¿más datos?). Lo hizo sólo para saludarme, y yo, de rogón le dije si saldríamos, su respuesta fue algo así como “si wey, me lates y quiero seguirte conociendo”, aunque 3 semanas después, los hechos dicen exactamente lo contrario. Juro que si a mi alguien me latiera, lo buscaría y haría lo imposible por hacerme un espacio para verlo al menos una vez a la semana, pero no, en su caso su justificación fue “los publicistas por eso estamos quedados, no tenemos tiempo para alguien”. Helloooooo??????? Fui yo quien terminó la “charla” diciéndole “OK, si en verdad te late seguirnos conociendo, todo queda a partir de éste momento en tus manos, prometo no buscarte, por feo que se escuche, no me gusta andar de rogón”. Fin de la charla.
Pero mi obsesión por los chats y mi metáfora de los alcohólicos y drogadictos no queda ahí. Hay algo peor y raro a la vez. A diferencia de hace algunos años, ya no me masturbaba tan frecuentemente. Lo comencé a hacer hace como dos semanas, y de ahí hacia atrás, lo hacía (por increíble que parezca) a razón de una vez cada 10 días en promedio. Sin embargo, de dos semanas para acá, me he masturbado mínimo 3 veces al día. Anoche, miércoles, bueno, ya era jueves a la 1 AM, lo hice antes de dormir, aunque terminé haciéndolo 3 veces y me dormí hasta las 3 AM, no importándome que tengo que levantarme a las 6 AM para ir al gym. Ésta semana he dormido solamente de 3 a 4 horas en promedio, y ahí estoy puntual en el gym a las 6 AM previas dos cápsulas de Xenadrine (un termogénico para quemar grasa y bajar de peso durante las sesiones de ejercicio).
Creo que fue lunes o martes cuando tuve que ir a masturbarme al baño de la oficina en plenas horas laborales. La causa fue ver un video mpeg de unos 2 minutos en que hay una orgía entre puro güero. Porque he ahí otro problema, me he vuelto fan de ver pornografía, fotos bajadas de Internet, sin importar hacerlo desde la computadora de la oficina. Me he atrasado en algunos asuntos, solo por ver pornografía. Al llegar a casa intento escribir mi nuevo largometraje, pero el morbo me gana y abro fotos gays. Después de repasarlas, ahí mismo frente al espejo cometo el acto de autosatisfacción más antiguo del mundo, y como ya lo dije, unas 3 veces como mínimo.
Ésta manía o adicción tiene apenas 2 semanas. Tengo que apurarme a crear a Eduardo para hacer el amor con él y no con mi mano.
Wednesday, October 13, 2004
No lo niego: tengo mucha curiosidad y temor a la vez de lo que sucederá ahora que dé vida al ser que me acompañará de hoy en adelante y a quien de hecho acabo de bautizar como Eduardo. Ese nombre siempre me gustó desde que era niño. Incluso veía yo con fascinación a mis compañeros de primaria y secundaria que se llamaran así, Eduardo.
Como todo buen guionista, y tomando en cuenta mis clases de Robert McKee, al crear algo, en éste caso una especie de personaje, bien podría yo ponerme en mi papel de Dios. Su creador, sin embargo, hasta de eso tengo temor, que una vez que le dé rienda suelta y lo deje libre por la casa, me reproche que le haya puesto ojos ‘x’, estatura ‘y’ y pito de tamaño ‘z’. Pero se jode, es Eduardo y me ama desde ya, y como dicen que supuestamente de quien uno se enamora, le perdona todo, entonces Eduardo tendrá que perdonarme.
Monday, October 11, 2004
Lunes. Tarde. Tengo miedo. No sé de qué. Siento taquicardia. Una extraña ansiedad. Como si me fuera yo a morir. Me levanto a caminar de un extremo a otro de mi recámara y de la sala. Creo que se acerca cada vez más el momento en que deba pedir ayuda psicológica. En mi familia hay antecedentes de predisposición a la esquizofrenia. Igual de cáncer. Eso no me puede pasar a mi, no en éstos momentos en que la economía de casa no está tan bien, y que mi papá y mi mamá me tienen solamente a mí. Él ya tiene 62 años. Ella 58. Ninguno de los dos tiene pensión de nada ni tienen seguro social. Yo ya tengo 34. Me aterra pensar que algo podría sucederme y ellos quedarían desamparados.
Las manos me tiemblan mientras escribo. Me siento muy solo. Un amigo psicólogo me ha recomendado comenzar a cambiar hábitos, sobre todo mi obsesión por Internet. No hay noche en que no me conecte a chats intentando encontrar algún pretendiente. Hoy lunes he comenzado a cambiarlo. He borrado y bloqueado de mi cuenta de Messenger a todos mis contactos. Quiero comenzar de cero. Aquellos que conformaban la lista eran eso, simples contactos, ningún verdadero amigo, y por lo mismo, debo erradicarlos de mi vida. Estoy enviando mails a algunos primos para decirles que daré de baja la cuenta de hotmail. En lo que sí creo me costará trabajo, es en dejar de entrar a chats. Son mi única opción para al menos intentar conocer gente. Jamás podré conocer congéneres en otro lugar. No en antros pues ya no salgo a ellos. En la calle menos.
Pues… creo que ese será entonces otro cambio de hábito. Dejar de buscar. Mi vida está ya definida. Tengo que vivir por mis papás. Si el destino me hubiera querido mostrar un halo de esperanza, a mis 34 ya habría yo tenido al menos un amor en mi haber. Pero no.
…
¡Ya sé!
Lo voy a fabricar. Vivirá conmigo. Dormirá en mi cama y cenará conmigo y mis papás.
Sunday, October 10, 2004
Sábado 9. Al mediodía llegaron mis primos con sus respectivas esposa (y cuñada) y novia (y gemela de la novia y amiga de ambas). Mi tío Arthur llevó tequila, y siendo la 1 PM, y con la intención deliberada de ponerme hiper pedo, comencé a tomar caballitos (léase “straight shot tequilas”). Para las 4 PM ya me había tomado como 7. Proseguí con vino tinto, casi una botella entera. Proseguí con “palomas” (Jimador con toronja, jugo de un limón y una pizca de sal), serían unas 5, y terminé con más caballitos. A las 9 PM estaba yo en estado etílico tal, que un cerillo en mi boca habría tornado el momento muy “llamas a mí”. De hecho me fumé unos 8 cigarros mentolados. Mis primos y amigas me veían con cara de “¿tú fumas?”. Recordé mis tiempos de operativos antipiratería en que mientras se llevaban a cabo cateos en vecindades en tepito, a efecto de aguantar el frío de 2 AM, me fumaba uno que otro cigarro.
El momento fue agradable. Caminaba “en el aire”. Mi mamá le pidió a mis primos me cuidaran. Pasé de la cantinita del bosque a la sala donde los mayores cantaban Karaoke. Tomé el micrófono y canté a grito pelado. Bastante afinado, al grado que asombré a más de dos. Una tía me pidió conectar mi cámara para ver las cerca de 150 fotos que habíamos tomado desde el mediodía. Tambaleándome, subí a mi recámara. Tomé el cable de conexión. Vi un cristo sobre la pared. Me hinqué y le pedí a Dios con todo mi corazón, no opacara esa felicidad. Una felicidad que solo siento estando borracho. Le pedí, con todos mis sentimientos en el pecho, me diera la oportunidad de tener a alguien en mi corazón.
Al bajar me quedé con esa petición rondando la cabeza. La felicidad comenzó entonces a transformarse a tristeza. Lloré. Un par de horas después, mis primos me ayudaron a subir a mi recámara a acostarme. Era ya la medianoche. Me dormí.
A la mañana siguiente, mi primo me dijo que le había yo pedido algún objeto para quitarme la vida.
Desde ese día y hasta estos momentos que escribo esto, y aunado al bajón de pilas por mi automóvil descompuesto, me siento muy intranquilo.
Quizá tengo una falla en mi software cerebral. Esa opción, no la había considerado.
Saturday, October 09, 2004
Viernes 8. A fin de festejar el 35 aniversario de mis papás, y no obstante ya los había invitado a comer desde el domingo 3 de octubre, ellos a su vez invitaron a tíos y primos a Río Frío. Decidí ir con mis papás desde el viernes. El plan era llegar a eso de las 7 PM y tirarme a ver películas, pero… oh, pobre de mi coche. Al llegar se atascó en una calle que en vez de pavimento tenía lodo de tanta lluvia. Qué digo lodo, eso parecía chicle, pasta de dientes, barro. Mis papás, apenados pues me tomaron la palabra de venir conmigo en mi coche y ellos no traer el suyo, fueron de inmediato a conseguir una grúa. Lo consiguieron, pero… la grúa también se atascó. Tardó dos horas en salir, previo el hecho de haber derribado dos árboles por chocar con ellos o jalarlos con la polea que toda grúa tiene en la parte trasera. Al encontrarse ya en terreno salvo, el chofer ya no quiso auxiliarnos pues de intentarlo, corría el riesgo de que la grúa volviera a atascarse. Así que, siendo la medianoche, y entre una leve llovizna y sin luz por encontrarnos en medio del bosque, nos dimos a la tarea de batirnos de lodo y sacar mi relativamente nuevo automóvil con la ayuda de palitos, troncos, ladrillos y dos palas. Finalmente, a las 2 de la mañana, el coche salió de las arenas movedizas.
La tranquilidad me duró solo un día, pues ayer domingo, ya de regreso y en la autopista, el volante del coche comenzó a vibrar al rebasar los 80 kph. Mi coraje reventó liso y llano. ¿Con quién me desquitaba? Con mis papás, quienes ahora que lo reflexiono, no tienen la culpa. Los culpé y les dije que era la última vez que se subían a mi auto, pues solo me acarreaban mala suerte.
La mala suerte se debe al destino, no a ellos. La mala suerte es porque nací a diferencia de la gente, con una estrella apagada a cubetazos de lodo. Hoy lunes por la mañana, mi automóvil con tan solo 5,000 km de recorrido, regresó a la agencia de Seat de la cual salió. Ahí se quedó y me siento intranquilo por saber en cuanto me saldrá el chistecito. El regreso a casa fue en sistema de transporte colectivo. Tenía mucho de no abordarlo y recordé las épocas en que leía más libros que nadie durante los trayectos. Ahora, por el contrario, me la paso más tiempo en Internet.
Me va mal. El día que estaba yo entre el lodazal intentando rescatar mi coche, recordé la fábula del pajarito que estando casi por morir de frío, salvó su vida gracias a un remojón de caca de vaca que le cayó encima, fue tal la felicidad que cantó gloriosamente, lo que ocasionó que fuera escuchado por un gato quien no dudó en comérselo. Así que mientras retiraba lodo por kilos con la pala, traté de no cantar victoria pues en cualquier momento podría salir del bosque no un gato, sino un tigre de monte a devorarme. Digo, con eso de mi pinche suerte…
Thursday, October 07, 2004
Entre semana, el día ni lo quiero recordar, o mejor dicho, ni lo recuerdo, ha sido una semana en que la balanza de mi bopilaridad se ha inclinado más hacia el lado depre.
Nuevamente fui el elegido para despedir a una empleada. Lo feo del asunto es que era una de las empleadas con quien me llevaba yo bien. La justificación de su despìdo, no obstante, se me hizo justa: Tere (no la homofóbica, sino otra) tenía dos trabajos. No creo que sea malo hacerlo, pero creo sí lo es, cuando los dos patrones entre sí tienen demandas y líos legales de por medio, ello podría representar fuga de información, tácticas, estrategias, etc. Así que no me pareció injusto. Lo que no me agradó es que tuviera que ser yo el portavoz de la frase que en éstos días de economía neoliberal, a nadie nos gustaría escuchar: “… así que el Consejo Directivo me ha pedido que sea yo quien te informe que han decidido prescindir de tus servicios”.
En virtud de lo justo que me pareció mi despido, es que negocié con ella hasta el cansancio el monto de su liquidación. Para mi la lealtad es algo muy importante (tanto que quizá por eso el destino no quiere que tenga yo pareja: un a deslealtad quizá me llevaría al borde del suicidio, y con eso de que en las relaciones gay, los hombres parecemos perros, la infidelidad está a la orden del día), así que sugerí no darle ni un quinto de indemnización por despido. Lo mejor de todo (o peor por donde se quiera ver) es que la convencí. Solamente se le dio su fondo de ahorro y partes proporcionales de aguinaldo, días trabajados, etc, aproximadamente 8,000 pesos, contra los casi 25,000 que le habrían tocado por antigüedad.
Posteriormente, a llevarla a la Junta de Confabulación y Argüendaje. Ahí el trato fue menos áspero. Dos horas después, de regreso a la oficina, y como gendarme, parado detrás de ella hasta que en una caja de cartón que anteriormente contenía papel Bond, guardó sus cositas y pertenencias. “¿Puedo copiar en un diskette mis archivos personales?” preguntó. “Tere, no me pidas eso, no puedes siquiera rozar el teclado”. “Eres malo” me dijo sonriendo mientras lloraba y ante la mirada chismosa y “radio pasillo” de las demás secretarias y trabajadoras menores.
Tere se fue, y después, yo sientiéndome chinche (pinche). Ha pasado ya casi una semana de ello y un 70% de los empleados pasan y me saludan “de dientes para afuera”. Je, de por sí ni me querían (… de hecho nadie me quiere).
Tuesday, October 05, 2004
Ayúdame a no perder las esperanzas de vivir, que cada noche se evaporan en las sales de las lágrimas que he venido derramando.
Cuando digo que ya nada tiene sentido, recurro de inmediato a la foto de mis papás, o a verlos mientras cenan. Ya que jamás hallaré a alguien, creo que debo poner mi empeño y fuerzas en velar por ellos. Solo me tienen a mí.
Creo que ese es mi papel en esta Tierra. Dios, si no quieres que halle a nadie ni que nadie me halle a mi, es porque debo ver por ellos, y así lo haré. Ahora solo te pido no perder esas poquitas ganas por y para ellos, porque entonces sí, ya nada tendrá sentido para mi permanencia en éste mundano terrenal.
Dios. ¿Porqué soy así? ¿porqué a nadie le gusto? ¿porqué soy homo?
Escuché el domingo a mi tía decir "Cada quien tiene lo que cree que se merece", y Dios, te juro que yo jamás creí siquiera que no merecía a nadie. En mí no quedó. No podrás juzgarme porque lo sabes.
Ya no quiero llorar.
Dios mío, inyéctame de olvido.
Te lo pido.
Monday, October 04, 2004
Lunes 4. Manejé casi todo el día. Visité el despacho de un famoso abogado experto en Derechos de Autor. Un actuario me había dicho que las instalaciones eran impresionantes. ¡Nah! He visto mejores, incluso la casa de una tía mía es infinitamente mejor (er... creo que casi no se notó que le tengo cierta envidia a dicho abogado). También me tocó manejar hasta el IMPI, los Juzgados de Altavista y una Notaría.
De regreso en la oficina vi a mi amiga Tere muy entrada en su trabajo. Siempre charlo con ella. Se me hacía alguien bastante open, muy madura y conocedora de todo. Si hay gente que me caiga bien, es aquella que sepa ser sarcástica con la vida, y ella lo era... hasta hoy en que cayó de mi gracia... Cada lunes le recomiendo qué películas ver. Le recomendé “La mala educación”. Su respuesta, literal: “Esa sí no la iré a ver porque es de puros putos. ¿Qué será lo que nos espera? Mi marido y yo esperamos no morir teniendo que ser testigos de alguna ley que nos obligue a todos a volvernos homosexuales. Qué horror”.
Y efectivamente “qué horror”. Lo peor del asunto es que así son todos en mi trabajo. Hace una semana escuché a mi secretaría decir “par de putos”, cuando dos modelos salieron de mi oficina; habían acudido a una consulta sobre uso de imagen, evidentemente eran pareja, muy guapos ambos, estudiantes del CEA.
Creo que puedo soportar que la gente de mi oficina, e incluso de mi propia casa, no toleraran homosexuales. Lo que sí no concibo es que como puto que soy, no me toleren mis propios congéneres. Todos ellos también son putos ¿porqué me rechazan entonces?
Domingo 3. A un día del 35 aniversario de bodas de mis papás, los invité a comer. “La casa de la cantera” fue el lugar. Frente al extinto teatro Silvia Pinal, y a una cuadra del asqueroso-nunca-vuelvo-a-ir Bar “La Victoria”.
Una tía nos acompañó. La pasamos bien. Comimos mariscos y paella hasta reventar. Tomamos vino, aperitivos y helados de tequila. Tomé fotografías. Mi papá quiere enviárselas a mi hermana, y por macabras conicidencias, hoy vestí una playera anaranjada con el equipo (de futbol creo yo) de Holanda.
Chocamos nuestras copas “…por otros 35 años”. ¡Ja! Y yo que ni me imagino 35 horas como novio de álguien. En la comida mi tía me dijo que el año entrante cumpliré 35. Que eso representa 5 veces el número 7, y dizque no sé en que cabalística filosofía, será mi año.
Lo malo del asunto es que así dijo cuando cumplí 28 (4 veces 7) y cuando cumplí 21 (3 veces 7)…
Sunday, October 03, 2004
Sábado 2, antes de acostarme me conecté a Internet. No navegué en nada. Simplemente conecté mi Messenger. Ninguno de mis contactos estaban conectados. Entré a un chat. Nadie quiso platicar conmigo. Estuve allí innerte frente a la computadora hasta quedarme dormido, sentado. Una hora después, mis propios gemidos me despertaron. Estaba yo sollozando con mucho sentimiento pero sin derramar lágrima alguna. Ahora que imito mis quejidos, se parecían a los de un perro aullando (cuando supuestamente huelen a la muerte, como decía mi abuela). Me desperté asustado. Mientras me re-conectaba poco a poco con mi estado de conciencia, caí en cuenta que seguía sollozando.
Sentí lástima y tristeza por mí mismo. Es la primera vez que concientemente yo mismo me doy tristeza y lástima. Vi el monitor de mi computadora. Esa hora en que me quedé dormido, ninguna ventanita se abrió. Nadie quiso charlar conmigo. Procedí a apagarla. Mientras eso sucedía los sollozos pasaron a ser concientes, ésta ocasión sí contenían lágrimas. Me acosté. Seguí llorando. Encendí la TV. Estaba por dejar de llorar cuando en el “canal de las estrellas” transmitían el final de “Rojo Amanecer”, la secuencia en que toda la familia de un departamento de Tlatelolco es masacrada. Apagué el monitor. Quedé a obscuras. Hice varios rezos, por cada 10 para que mi tía abuela fuera encontrada, 1 era para que álguien pudiera encontrarme a mi.
Sábado 2 de octubre. Y como dicen los rencorosos sociales, efectivamente 2 de octubre no se olvida. Éste día fue el sustote para la familia.
Tengo una tía abuela (8O años exactos) que padece Alzheimer. Cuando me enteré de ello hace un par de años, creí que era exageración, pero ayer, 2 de octubre, cuando me enteré que había salido al tianguis a 2 cuadras de su casa, al mediodía, y que siendo ya las 6 de la tarde aún no regresaba, vi que el Alzheimer es algo de lo cual hay que preocuparse. Su extravío (es triste ver que un anciano así adquiere una calidad casi de objeto perdido u olvidado en terminal aérea) provocó semejante movilización en toda la familia y parentela. Nos dividimos en grupos, a “peinar” la zona. Recordé mis operativos antipiratería. Me tocó reportarla en agencias del Ministerio Público. Un desmadre estacionar mi automóvil en agencias que esperaban detenidos en masa como en todos los 2 de octubre post-68. Y peor aún tener que caminar desde a mi auto hasta las agencias con mi rodilla izquierda paralizada por dolor en los tendones (también regresé a correr desde dos días antes, pero a los 20 minutos tremendo dolor me impidió exceder los 4 kilómetros. Mi médico me recetó “Celebrex” cuyo alto costo me hace dudar si el nombre se debe a algún raro químico, o a si solo lo toman las “Celebr”idades).
A la medianoche suspendí la búsqueda. Me acosté temprano. Mis demás tíos y primos seguramente seguían buscándola.
A las 2 AM recibimos llamada telefónica. La tía fue encontrada en una agencia cerca de la Basílica de Guadalupe. Los patrulleros que la hallaron dicen que al preguntarle su domicilio, la tía les dio uno inexistente. Al enterarnos de dicho domicilio, resultó ser uno donde ella vivió con mi abuela (qepd)… hace 50 años.
Fue hasta anoche cuando vi la magnitud del Alzheimer. Tuvo suerte. Apareció. Anoche la familia la buscó desesperadamente, y la hallamos. Yo he buscado desesperadamente una migajita de amor y no la he hallado.
Dedico éstas líneas a todas las personas (independientemente de su edad) que no han (hemos) tenido la suerte de encontrar lo que buscan.
Saturday, October 02, 2004
Lunes 27 a sábado 2. Toda una semana, mmm… er… igual a las demás. La única diferencia es que el martes conocí a otro muchacho de nombre Roberto. Como ya lo vomité hace algunos días en éste diario, me decidí conocer gente sin tantos rodeos, así que tocó el turno a Roberto. Nos vimos en Coyoacán, un lugar creo yo bastante gay, aún más que la Condesa, con la diferencia que en Coyoacán hay intentos de pseudo-intelectuales. Tomamos café y algún postrecillo (ni recuerdo cuál) mientras platicamos sobre lo maravilloso que es el cine de Lärs Von Trier. Fueron dos horas aprox. Siendo las 9 PM decidimos partir. Yo ya tenía sueño, el regreso al gym me ha hecho caer dormido más temprano de lo normal.
De regreso le dí un “aventón”. Al apearse (oh, bello nuestro lenguaje español) el clásico y típico intercambio de parlamentos: “Oye, a ver cuándo nos vemos para salir”. Y efectivamente “a ver cuándo” porque es evidente que no despierto en nadie el más mínimo interés.
Al respecto no niego que toda la semana esperé que Alex (aquél muchacho que conocí el sábado 24 de septiembre) me llamara o contactara de nuevo, pero tampoco fue así. El viernes me decidí a contactarlo, quedamos en ir al cine, y (de nuevo clásica y típicamente) faltando media hora canceló la cita. “Un bomberazo” dijo él. No insistí. Al día siguiente, sábado, mi mendingante espíritu me hizo volver a contactarlo. Su respuesta “terminé el bomberazo a las 5 AM y tengo mucho sueño… pero pronto nos veremos”. Ya no insistiré. Reitero, no logro despertar interés en nadie. Cuando escribí que al parecer todo iría bien con él, fue porque ese mendingante espíritu mío hizo que mis manos teclearan bytes de falsas esperanzas.
Realmente no sé qué hacer. Necesito compañía, eso sí lo sé.