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Saturday, November 29, 2003

Hoy, dejo de escribir.............
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Thursday, November 27, 2003

Miércoles. Qué audiencia tan curiosa. Tuve deshogo de unos testigos. Ya saben, interrogatorio, oposiciones, etc. A nuestros clientes los tienen demandados por cerca de 800,000 dólares. Una lanota. Y tan lanota, que hasta la Juez herself atendió la audiencia. Yo ya había estudiado al secretario de acuerdos, un cuatro-ojos con cara de bombardeo en Irak, pero al saber que saldría la Juez, una mujer callada, cuatro-ojos también, pero con facha de madre superiora de las hermanas Magdalenas, supuse que tendríamos problemas. Entonces intenté distraer su atención, lo logré y me la eché a la bolsa, aunque para ello hubo que sacrificar al pasante en Derecho de la abogada contraparte, esa sí, con cara de hija de la chingada. Pero ¡oh error del muchachito con aspecto itamita! Que se le ocurre sacar su “Palm” de esas que traen cámara, y cual vil principiante, que se pone a tomar fotos a mí y a mi testigo (el burro por delante... bueno, el gran tamaño de mi miembro viril, me permite autollamarme burro). No lo hubiera hecho. Armé el mega desmadre. Solicité a “su Señoría” que sacara al intento de abogado. Amenacé a los abogados con demandarlos, bla, bla bla. Y el muchachito, con manos temblorosas cambiando el menú de la pantalla al juego “Bejeweled”, nos lo mostró y le dije “Hasta para eso abogado, tu máximo score son 30,000 puntos, y yo tengo 121,000”, así que saqué mi propia “Palm”. La jueza (sí, se permite el género en ese sustantivo) se rió y le pidió al “pasa-hambre” que guardara su “calculadora” (jueza pendeja).
Al terminar la audiencia, el secretario de la mesa contigua llamó a la jueza. Se acercó, vio un documento que le mostraron como 4 abogados, y que se ríe. De inmediato que se pone a gritar llamando a todos los empleados. La mayoría se acercó al escritorio, los rodearon y que se ponen a aplaudir. Y la jueza, se aventó un speech de lo buenos que son los convenios, que los acuerdos conciliatorios son casi casi como maná del cielo, que bendito Dios las partes llegan a arreglos, y así, una sarta de mamadas (perdón por lo de sarta). Los propios abogados con cara de “what?”. Y ahí no paró todo. Presurosa, la jueza fue a su oficina y tras los vidrios vi como puso un CD. De inmediato, retumbaron fanfarrias en todo el juzgado. Bocinas por todas partes así como los letreritos pegados a lo largo del tribunal con mensajitos como “Hagamos la paz”, “Este Juzgado es fiel creyente de los convenios” y una sarta de estupideces. Me sentí en la antesala de un “ride” de Disney World en Orlando.
Bueno, creo que no me dio nada de optimismo el estado idealista del Juzgado, porque mis testigos son unos reverendos pendejos, por más que los aleccioné, respondieron cosas contradictorias.
La audiencia terminó y regresé a la oficina aventando madres.
Como dijera “Boggie el Aceitoso”: Shit...

Monday, November 24, 2003

Domingo. Noche.
Pues ahora resulta que Pabellón Polanco es mejor para ligar que cualquiera de los más concurridos bares gay de ésta Ciudad.
Casi lo había comprobado hace como un año. Aquella ocasión quedé en verme con un perfecto desconocido para entrar al cine. Total que el sujeto nunca llegó y me quedé como el perro de las dos tortas, pues en el valet parking había un individuo, güerito, como me gustan que no me quitaba la vista de encima y sonreía. Estaba esperando su auto, que para acabarla de joder, cuando se lo entregaron, era un BMW. Y yo ahí, parado junto a la taquilla, esperando a mi “blind date”, siéndole fiel a un tipo que de todas formas ni conocí. Caray, el güerito incluso se subió a su auto y resistía a irse, pues pasó con el auto frente a mi en dos ocasiones. Y yo, cual indita envuelta en su rebozo de bolitas, esperando indignada y orgullosa a su galán en el kiosco del pueblo. Total que el fulanito del BMW se fue... Juré que no me volvería a ocurrir, y que aquellos con los que en adelante hiciera “blind dates” más les valdría que lleguen porque si no, me voy con el primer Jack Dawson que cruce en su Titanic frente a mi.
Y... anoche sucedió, solo que en circunstancias distintas, pues no era “blind date”, sino visita solitaria. El lugar, el mismo, Pabellón Polanco, y el sujeto acosador de mi virginal persona, no era güerito, pero sí era todo un príncipe de cuento. Y lo de “príncipe de cuento” es entre alegoría y analogía, ya que al final de todo (nótese el énfasis en las palabras “de todo”) me contó que efectivamente ha hecho papeles de príncipe en telenovelas y obras de teatro para niños. Es actor, y se llama _________________. El nombre no importa, al fin que nunca lo voy a volver a ver.
En resumidas cuentas. Antes de entrar al cine (y bendito Dios, antes de comprar el boleto en taquilla, si no, lo hubiera desperdiciado pues ya ni entré), fui a Mix Up. Y ahí entre los pasillos estaba un muchacho, aproximadamente unos 28 años. Blanco, pelo medio largo, húmedo, ojos negros, porte galán, y una sonrisa que envidiaría Andrés García. O sea, solo le faltaba su caballo y capa para parecer príncipe de cuento. Y bueno, desde que estábamos los dos parados viendo DVDs noté que me echó el ojo... o más bien ¿le eché yo el ojo? La cosa es que fingimos ver y ver y ver más y más y más DVDs y finalmente no veíamos ninguno. Yo me limité a verlo y decir “qué chico tan mono”, al grado que vi mi reloj y al ver que la hora de la función se acercaba, me salí... y misteriosamente que sale detrás de mí. Bendito Dios soy un pobretón, de lo contrario me hubieran entrado sentimientos paranoides de que alguien quería secuestrarme. Pero no. Me dirigí al baño, y a una distancia prudente, el chico-sonrisa venía detrás. Entré al baño... y él también.
(......... me brincaré el segundo acto, es decir, el desarrollo, para brincar directamente al tercer acto, la resolución de la historia)
... Entramos a uno de los baños ¿Yo? ¿José Luis? ¿haciendo eso? El tipo me abrazó por completo. Apenas y cabíamos. Recordé un episodio de “Queer As Folk”. Hasta tenerlo entre mis brazos (qué mamón se oyó eso) me di cuenta que era más alto que yo. De pronto, que se abre la puerta. Mi razonamiento de abogado me hizo repasar la situación, un lugar público, haciendo conductas contra la moral y las buenas costumbres. Falta administrativa, no delito, pero de menos si valía ser presentado ante un Juez Cívico. Se lo dije en voz baja. Se rió (cada que se reía, salía el sol) y dijo “Pues nos van a agarrar si saben que somos dos, si se asoman por debajo y solo ven dos pies no se darán cuenta”. Me dio risa ¿quién iba a cargar a quien? Y bueno, si hago sentadillas en el gym con 160 kilos encima, ¿porqué no cargar a “Rolando el Hermoso”? Y tal parece que me entendió porque de inmediato me trepó. Recordé a Dan Galagher (Michael Douglas) cargando de las nalgas a Alex Forest (Glenn Close) en la película “Fatal Attraction”, en el momento en que ambos hacen el amor de pie, y él la carga hasta la recámara, con las piernas de ella envolviéndole el cuerpo. Pues sí. Eso hice. ¡¡Y lo aguanté!! (Digno de fanfarrias de juego de PlayStation... bueno, Xbox para los fresas) y así permanecimos largo rato. Fue algo extraño, pues por el lugar y la situación ni siquiera nos quitamos la ropa. Todo fue besos y más besos y un ir y acariciar de su cabello entre mis manos. Claro que descansaba. Eran unos 5 minutos de monta (jeje) por 1 de descanso, y era en esos minutitos de descanso en que hacíamos más cosas, como tocarnos el cuerpo, besarnos el cuello, y demás. Vi la hora. Adiós película de “21 Gramos”. Jódete Iñarritu, porque éste Shrek encontró en los reinos de Polanco al príncipe del castillo e hizo un desaire a tu pretencioso filme.
Total. Minutos después. Se rió. Se acomodó la ropa, el pelo y salimos. Ya afuera en el pasillo me contó de modo veloz quien era y a qué se dedicaba (bueno, eso dijo él)... y yo, de mi parte, sí le dije que me llamaba José Luis, pero no que fuera abogado. Dijo ser actor y que su galanura (algo de mamón tenía que tener finalmente) le permitía ser príncipe en cuentos, telenovelas y obras de teatro. Me sentí una mezcla de Julieta, Blanca Nieves, Shrek y María Mercedes “...pa’ servirle a Usted”. Antes de irnos me preguntó si intercambiábamos telefonos. Le dije que no, que la gente jura que te llamará y nunca lo hace. Se rió... y se fue.
Llegué a casa antes de lo previsto. Y no lo niego....... dormí riquísimo.
Domingo. Mediodía. Visité Walmart. Compré el regalo de mi hermana: dos pasteles. Lo cual me hace pensar qué tanto realmente son regalos, pues los acabamos disfrutando otros. De nada sirvió romperme la cabeza entre cuales comprar, si a final de cuentas, llegó una de sus amigas con su novio (guapetón por cierto) con un pastel y gelatina de arroz, que opacaron mis humildes pasteles. En fin. Por la tarde, y después de recitar “Las mañanitas” desde un disco karaoke, mi hermana le sopló a dos velas con los números “2” y “9” sobre una trufota de chocolate. Y sí, el show, el llanto, los tres deseos, las gracias y la despedida, de no saber si el año entrante, por estas fechas, ella estará aquí, pues si todo le sale bien, en enero huye a Den Haag, Netherlands (La Haya, Holanda pues, pinches nacos). Mientras se tomaba la foto y soplaba las velitas, yo veía todo en cámara lenta y el canto en coro de “Las Mañanitas” me parecía un disco a mucho menos de 33 revoluciones por minuto, pero no por ella, sino por mí. Que yo recuerde, no he tenido una fiesta de cumpleaños en muchos años, con tanta gente, porque ayer vaya que llegó gente. Bueno, no olvidé que este año en mi aniversario, casi muero, y que según yo sería parteaguas para renacer, pero “Como la flor” de Selena (perdón por el patético ejemplo), me marchito día a día.
Terminé mi café con pastel y me despedí, salí antes para dirigirme al cine. Jejejejeje, en esos momentos jamás imaginé que hora y media después, terminaría probando la fuerza de mis piernas cargando a la imitación de un príncipe de cuento.
Domingo. Mañana. Ayudé a mi mamá a preparar comida cantonesa y Yakimeshi. Todo bien hasta que supe que el yakimeshi no llevaría huevo, gracias a que mi hermana lo detesta. No la comprendo, desde que era niña, vomita el huevo en cualesquiera de sus presentaciones. Y bueno, en virtud de que la comida era en su honor por ser su cumpleaños, pues se le concedió el privilegio de omitirle huevo al yakimeshi. Antes de eso me desayuné unos exquisitos huevos con machaca, piqué cebolla, jitomate y medio cubito de Knorr Suiza. Me estoy volviendo todo un esmerado en las artes de la cocina... ¿y en el arte de amar?

Friday, November 21, 2003

Hoy viernes me levanté casi al mediodía. Me había acostado casi a las 4 AM en Internet, en lugar de terminar de leer un libro de Gabo o proseguir con mi guión de largo. Fui al gym y terminé mentando madres pues en el puesto de licuados se les habían terminado las naranjas, y el berrinchudo de mi, quería a huevo un licuado de jugo de naranja con un sobre de Myoplex de chocolate (aunque pongan cara de fuchi, es lo más rico que hay). Como no hubo, le juré a la señora no volverle a comprar jamás. Jesús, mi instructor, me dijo que era yo un mamón, un radical, un berrinchudo. Me salí y no me despedí. Con tal de salirme con la mía fui a comprar un kilo de naranjas, así, con toda la ropa empapada de sudor, las exprimí y me hice mi licuado. Unas bolas cítricas no iban a burlarse de mí.
Por la tarde aprendí a hacer cochinita pibil. Todo un arte. Mi mamá me enseñó. Mientras lo hacía me preguntó que para qué quería aprender. No supe qué responderle.
Al escribir mi anterior post, y también después de charlar con un amigo, he recordado ¡cuando me masturbé por primera vez en la vida!
Tendría yo unos 9 años, así que lo que hice fue más por instinto, no sabía de lo que se trataba, ni charlas con amiguitos de la escuela, creo que en ese entonces los niños estábamos más dormidos que los de a-hoy (como diría una indita). Es más, ni siquiera eyaculé (o me vine, para los que no entendieron esa rara palabra). Solo recuerdo que estaba viendo “Lost in Space” la serie de los años 60. Había un muchachito, güerito, pecosillo, de pelo rubio (¡ah con esos cabellos güeros!) al que siempre acompañaba un estilizado robot. Pues no recuerdo qué sucedió con ese menonita muchachito que simplemente comencé a frotarme, y me gustó, al grado de bajarme completamente mis choninos. No recuerdo eso sí, cómo se me veía a esa edad. Ni siquiera cómo manipulé “my whinnie” (jejeje), pero de que lo hice, lo hice. Y bueno, creo que a esa edad no hay orgasmos como tales. De lo que estoy completamente seguro es que no me creo culpa alguna como le sucede a la mayoría. Ya dije, lo disfruté. Lo curioso es que a pesar de ello, no me hice asiduo a seguir bajándome los choninos para seguirlo haciendo, creo que de ahí transcurrieron algunos pares de años más para que lo volviera a hacer. Mañana sábado a primera hora veré nuevamente el DVD de “Lost in Space”, esta vez la película de 1998. No la recuerdo bien, pero si en esta versión también se trata de un chamaquito al lado del robot, dudo que tenga erección alguna... digo, tampoco soy un pedófilo. Mmmmm, si algún día dirijo algún video porno, pondré a un actor checoslovaco, de unos 25 años, con otro personaje disfrazado de robot, y, simplemente los pondré a copular, a final de cuentas ¿de cuando acá las películas porno tienen tramas lógicas?
Ayer jueves fui al gym a las 11 AM. Un horario que no frecuento, así que la gente con la que me topé, era gente a la que nunca veo. Había un muchacho, moreno como yo, bastante marcado. Tenía el pelo tipo militar, muy corto, pero teñido de rubio casi platinado. A lguien alguna ocasión me preguntó si tengo fetiches, le dije que no sabía, pero después de ver a este chico, más bien, su pelo, creo que tengo cierta debilidad por el pelo rubio, cabello rubio, o vellitos de las piernas, rubios también obviamente. Era muy temprano para ser día feriado y sin embargo, de inmediato experimenté una mega erección. Tuve que subir al baño... y... ¡oops! No diré qué hice... solo haré una analogía: El shampoo que hay para lavarse las manos en todo baño público, ese que está en una maquinita a la cual hay que apretarle para que salga en chorritos sobre la palma de la mano... ¿verdad que es idéntico al semen?

Wednesday, November 19, 2003

Martes. Noche. Contingencia en mi trabajo. Como en todos lados, las aves de rapiña abundan. Mi jefe no estuvo, momento que fue aprovechado por varios socios para pretender tumbarlo. No lo lograron, pero sí destituyeron a gente allegada. Él está amenazando con renunciar. De ser así, 6 personas, incluyéndome, saldremos como chinampinas, tronaremos como ejotes, (de patitas en la calle pues), todo por ser su gente cercana, sus allegados, por ser fieles y leales.
Ahorita, mi futuro inmediato está en una tablita, todo, cuando tenemos a la vuelta de la esquina fruitcake, pavo relleno, un gordo contento llamado papá Noel y villancicos de Navidad. Todo, cuando tengo deudas de tarjetas de crédito, cuando tengo que mudarme en enero y comenzar a pagar renta, cuando tengo que apoyar económicamente a mis papás, y cuando tengo que pagar colegiaturas del Diplomado.
¿Acaso me convertiré en estadística de desempleo? Ayer precisamente caminando por la calle, me detuve en un puesto de periódicos. Vi el encabezado de uno de ellos, algo así como que el desempleo crecerá en el 2004, ¡vaya que si no!
Tengo 33, una carrera, una maestría, currículum más o menos decente, dominio del inglés, algo de italiano, aspirante a guionista, orgulloso, mamón, puto y estoy muy feo. ¿Me costará trabajo encontrar trabajo? (valga la rebuznancia)
Dicen que Dios aprieta, pero no ahorca. A mi me apretó justo el día de mi cumpleaños mientras manejaba (me jodió el cuello, o sea, casi me ahorca). Te pregunto ¿me vas a volver a apretar? ¿No te basta con verme solo? Estoy divagando, mendingando migajitas de amor, como si no fuera suficiente el saber que no soy como los demás y que todo apunta que creceré y envejeceré solo.
No tengo neuronas extras, ya no puedo carburar. Me dormí a las 4 AM, me levanté a las 7 AM, y todo aquí en la oficina es “radiopasillo”. Quiero dormir cansado.......

Tuesday, November 18, 2003

Ayer lunes fue cumpleaños de mi papá. Me salí temprano del trabajo aún y cuando sabía que tenía pendientes. Mis dos compañeros de oficina me vieron con cara de “qué poca madre” cuando les dije “ya me voy, es cumpleaños de mi papá”, y era apenas 3.30 PM. Quedé en verme con mi señor padre en Pabellón Polanco. Cuando le regalo algo, hago que él escoja lo que le guste. Muchos me han dicho que ese tipo de regalos es feo porque le quita la sorpresa y emoción de recibir algo envuelto. Yo digo que es lo mejor que hay, no sé donde tenga lo bonito abrir una caja con moño y descubrir que en su interior hay algún objeto innecesario o no de mi gusto. Yo hubiera querido cada vez que me regalaban algo, que hubiera sido de mi gusto, y para eso qué mejor que haberlo escogido yo. Por eso empleo esa filosofía con mi papá y mi mamá, ellos escogen a su gusto, y les va mejor, eso sí, les digo que no se vayan a exceder del tope de 10,000 pesos... oh, jejeje, se me fue un cero. ¿O nunca les pasó eso de niños? Aún recuerdo algún cumpleaños o Navidad de mi infancia. Veías una cajota envuelta en papel brillante multicolor, con un moñotote, sabías que era tuyo, y morías de emoción por conocer su contenido. De niño, imaginabas que podría tratarse del laboratorio de Steve Austin, El Hombre Nuclear, o el par de carritos chocones de Lily Ledy, o la máquina de hacer raspados (aunque ya más grandecito caí en cuenta que esa maquinita era juguete más para niñas que para niños, ¿se trataba acaso de algún preludio?), o bien El Hombre Elástico y su interior de miel (sorry, eran los juguetes que me tocaron... tengo 33)... pero no, al abrir la llamativa cajota, su interior era un mugre pants color rojo, o un pantaloncito de peto con estampado de letras vocales en una simulación de baile Lambada, objetos que la tía Esther (quien por la edad ahora es digna clon de “The Penguin” de “Batman Returns”) creía era lo que uno más deseaba. ¿Qué no saben que los niños desean como regalos participar en una orgía de juguetes?
Y bueno, de ahí que decidiera “cuando sea grande, regalaré (si es que regalo) lo que a la gente le guste”. Por eso, ayer mi papá escogió como niño cumpliendo sus fantasías, un par de zapatos que según me dijo ya les había echado el ojo desde un mes atrás. Sé que jamás tendré niños, y pequeños hechos como ese de ayer, saliendo con mi papá a comprarle su regalo, no sé si sustituyan la emoción de salir con un hijo de compras, pero de cualquier forma, sentí bonito.

Sunday, November 16, 2003

Sábado. Estuve en casa. Después de varios fines de semana de estar haciendo trabajo de oficina en casa, y tareas, finalmente estuve más relajado. Bien merecido por toda la semana tan de joda y soba que me llevé.
Por la noche pensé en salir a algún antro. No lo hice. La última vez que fui, no recuerdo si fue el fin de semana pasado o el antepasado, hice la visita de los dos antros. Primero uno, luego al otro (¡qué deducciones mi Dios!). Al salir, siendo las 4 AM prometí no salir nunca más. Es horrible pasar desapercibido. Sonreírle a alguien y que ese alguien te barra y no te devuelva ni la mirada. Así que anoche fue mi primer sábado de quedarse aquí, en mi recámara, escribiendo (puliendo un corto llamado “Tú que estás en el cielo” y que pretendo ofrecerlo a un famoso productor, a ver si se anima a filmarlo), o leyendo en la sala (en una sentada leí “Crónica de una muerte anunciada” de Mr. Gabo, qué poca madre que medio mundo sepa que vas a morir y tú no), o viendo películas en mi home theater (ayer vi “Bend it like Beckham” y dos episodios de la primera temporada de “The Simpsons”). Me acosté a la medianoche, sabiendo que a esa misma hora, en ese preciso instante, hay cientos de personas compartiendo su vida, alegrías y desgracias, con otra a la cual no logro encontrar. El dicho dice: “El que busca, encuentra”... so?

Viernes. Tenía rato que no me sentía tan enternecido. Una viejita que apenas y podía caminar, me hizo el día. Me iluminó la mañana. Hizo que se me olvidara el maldito tráfico de viernes de quincena y que estuviera yo todo el día bien pasiflorino. Si recuerdan, hace como 3 meses hice limpieza general en mi cuarto y saqué algunos costales de ropa que ya no usaba. A los 3 días, regalé los costales a una casa de asistencia pública que queda como a 5 cuadras de donde habito. Pues bien, ayer en la mañana, precisamente a 5 cuadras de mi casa, estando yo en un alto, y cantando “Separate Lives” de Stephen Bishop a grito pelado, enmudecí: frente a mí, una viejita atravesó la calle, paso junto al coche, y traía puesta una playera del paquetote que regalé. Era de color amarillo con rosa fosforecente, y unas caritas sonriendo, típica de playa, y es imposible que fuera una similar, ya que tenía despintada la parte del hombro izquierdo.
Me dio gusto ver eso. Saber que mis desechos han sido re-hechos para gente que lo necesita, y que no importó que hubieran estado haciendo bulto en mi clóset durante años. Finalmente siempre hay gente necesitada. Bueno, yo también me considero gente necesitada... de amor, por lo que me pregunto: ¿habrá en el clóset de alguien, desechos de amor que quiera aventármelos en algún costal de ternura? Si es así, prometo usarlos, como esa viejita cuyo destino probablemente era ir en búsqueda de un bocado.
Llegué al trabajo, y todo el día, sonreí....

Wednesday, November 12, 2003

Anoche... mejor dicho hoy... no... ayer en la madrugada ¿? Bueno, ya ni sé. Llevo 38 horas despierto. Mi día martes comenzó a las 5.45 AM, corriendo y en el gym, y terminé de trabajar a las 6 AM, llegué a casa a las 6.30, ya no me acosté, reviví mis días aquellos en que trabajaba para las empresas disqueras y traía mis horarios desfasados. Me vestí con mis shorts y sudadera y me fui al gimnasio. Fue curioso verme ahí haciendo ejercicio sin haber dormido.
¿Qué sucedió en la noche? Larguísimo de contar, creo que no había tenido la mente tan ocupada en un mismo asunto. Comencé a las 5 PM, dando lectura ante Notario y socios de una asociación, arrancando una Asamblea cuya preparación me tomó lo que va del año. Y bueno... terminamos 12 horas después, a las 5 AM. Es increíble cuando la mente está ocupada. Al comenzar, como ya dije, eran las 5 PM, reaccioné cuando mi estómago me estaba mentando la madre. Vi la hora, eran las 10 PM. De ahí hasta que volví a probar bocado, dos galletas Chokis, dieron las 2 AM, momento en que me salí a caminar al pasillo. Me sentí importante, al regresar transcurrieron 15 minutos. Todos me estaban esperando, no podían arrancar, ejem, sin mí.
Total, al culminar no niego que me sentí satisfecho. Hubieron aplausos y una mención especial a mi, en agradecimiento especial.
Salí. Comenzaba el tráfico de cada mañana, seguramente aquellos que entran a trabajar a las 7, o aquellos estudiantes de Facultad que atraviesan toda la Ciudad para estudiar en esta Ciudad de la esperanza (esperando que no te maten, roben, secuestren, etc.).
Tenía hambre y me detuve en un Vips, sobre la avenida Insurgentes esquina Antonio Caso. Nunca cierra, está abierto las 24 horas. Y ahí estuve... 5.30... pedí un desayuno norteño... y en la mesa de enfrente ¡oh sorpresa! Que llegan 3 buenérrimos chicos... ¡strippers del Tom’s! Si, me di cuenta que andan de antro en antro haciendo sus cochinos e inmorales desnudos y al final se han de ir a desayunar. Anoche de seguro les tocó ahí. Pero por Dios. 5.30 AM, haciendo algo de frío, y estos cabrones con camisetita presumiendo bíceps y tríceps. Creo que no son gays, porque entraron un par de chicas y les estaban tirando el perro, pero a mi no... jejeje... bueno, pero también ¿quién me va a voltear a ver, tan feo, entre semana, de madrugada, con cara de estar despierto ya 24 horas y de traje?
Total, terminé mi super bife (oh, no... bistec quise decir) y a casa... y bueno... llevo ya casi 40 horas de pie. Y ahora sí, a dormir. Me siento Jack Bauer, pero en lugar de “24”, sería “38”...

Tuesday, November 11, 2003

Martes. Me duele la cabeza. De las 9 AM a las 2 PM estuve sentado frente a mi computadora terminando un importante documento (¡cálmate!). Mi secretaria se la pasó plática y plática con otra, según ellas en voz baja, pero escuché todo. Ya saben, un oído al gato, un ojo al garabato.
Ahora me resta comer. Sí, ya tengo hambre, no me ha sido suficiente la sobredósis de ácido úrico que me he metido estos 3 días consecutivos. El sábado, cual si fuera yo mujer embarazada con antojos, compré T-Bones como si se fueran a extinguir del planeta. Comí T-Bone con papa empapelada el domingo... cené lo mismo... ayer lunes en la noche, igual... y hoy en la mañana, después de regresar del gym, de haber hecho mucho pectoral y tríceps, y con mi estómago vacío y hambriento, abrí el refrigerador y vi el último T-Bone. Me lo preparé. Un desayuno inusual.
Y bueno, creo que ya me puedo casar. Yo mismo los preparé: hay que picar los T-Bones con un tenedor, se depositan en un refractario, se les pone ajo, pimienta, sal y un poco de limón, se embadurnan con salsa BBQ, y luego se remojan en el refractario que ya debe estar preparado con cerveza, coca cola y néctar de durazno. Ahí se dejan unas 3 horas. Finalmente, a fuego lento, en un sartén, se fríen. Ojo: hay que cubrir con una tapa el sartén (o la sartén, me vale madre el género). Se voltea 4 veces, y justo a la 4a. se coloca encima cilantro con pedacitos de apio y tocino y hasta encima, dos rebanadotas de queso manchego. se vuelve a cubrir. Y... ¡listo! Se sirven dos en dos platos con velas, vino tinto... oops... bueno, en mi caso en un plato. Por un lado que bueno que solo soy yo porque así me toca más vino tinto...

Saturday, November 08, 2003

¿Cuánto tiempo sin escribir nada aquí?
A eso le llamo estar ocupado. Despertándome a las 5.45 AM, correr de 6 a 7, gym de 7 a 8, baño y desayuno de 8 a 8.40 y comenzar en el trabajo a las 9.20. De ahí, me la he pasado estas dos semanas con amparos, amparos y más amparos, me estoy volviendo un experto en la materia. De 6 a 10, clases o taller de guión, y el día que me queda libre a escribir guiones, guiones y más guiones.
Pero estas dos semanas fueron algo especial. Me sentía tan mal, pero tan mal, que lo único que pude hacer para sentirme bien fue escribir, escribir y escribir. Cuando vine a ver el resultado, era una historia ... ... ¡de amor! Si, yo, el corazón de piedra, escribiendo historias de amor. La leí a mi hermana, le latió; se la mostré a un amigo... lloró. Y bueno. Sabía que estaba una convocatoria por parte de todito.com para un concurso de cortometrajes... el primer lugar sería producido, filmado o grabado, como le quieran llamar. Y yo, capa-caída, tuve la osadía de enviarlo, pensando “se van a reir de mi” (incluso, ese es uno de los diálogos del protagonista).
Oh sorpresa. Dice la canción de “Pedro Navajas”, “... la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida... ¡ay Dios!” Y eso me aplica, pues esta semana salieron los resultados... obtuve el segundo lugar. Me quedé arañando el primer lugar. Hubiera sido un corto filmado, el segundo en mi haber. Pero no, tengo que conformarme con una beca de un Diplomado, un ahorro a mi bolsillo de cerca de 16,000 pesos. Va a haber una ceremonia de premiación la semana entrante a la cual ya decidí no acudir, porque ¿yo? ¿gané escribiendo una historia de amor? ¿¿YO?? Habiendo más de 100 cortos que participaron de distintos países, y ... ¿yo? ¿No es eso engañar a la gente? No conozco el amor. ¿Cómo tuve la osadía de escribir una historia de esas? Lo único que hice fue imaginar supuestos: Un chavo de escuela, feo, nada popular, enamorado de alguien inalcanzable, no tiene el valor de decírselo porque sabe que lo mandará por un tubo... mientras que por otro lado, esa persona inalcanzable, lo ama en secreto, pero tampoco se lo dice porque cree que el niño feo se va a burlar. El miedo, el temor, la incertidumbre. Para eso Dios nos proporcionó una boca... y así le puse de título: “Boca te dé Dios”... y la verdad una sorpresa al ver mi nombre y ese título bajo la mención de “2º. Lugar” ( http://www.guionismo.com/concursos.htm )
Mis amigos guionistas me han felicitado. Yo no me siento nada bien. Para empezar por la situación (aspecto amor) y para continuar, un segundo lugar es la mediocridad. Es estar entre el 1 y el 3, el tibio. Y peor tantito, casi a punto de ganar el primero. Ya merito... y yo que toda mi vida he criticado a la selección nacional de futbol... me quedé igual, en el “ya merito”.
Ayer platiqué al respecto largo y tendido con un otrora maestro mío, ahora, gran amigo. Es famoso escritor de telenovelas de éxito en Televisa y TV Azteca. Leyó el guión, al terminar me felicitó, y lo primero que me dijo fue: “Si te salió algo así cuando lo escribiste, de seguro te sientes sin amor... mi consejo: escribe puras historias de amor, he ahí tu caldo de cultivo”. Fue entonces que le mostré el argumento de un largometraje que pienso escribir y que ni siquiera había recordado: la historia de alguien que enloquece de amor. Y (maldición) le encantó.
Ya había escrito esto antes en estas aburridas memorias: Existe una especie de mosca que vive solo 10 horas. Supongamos que nace a las 8 AM. Moríría a las 6 PM. Me pregunto: ¿cómo pedirle a esa mosca que nos defina la noche o que nos describa a las estrellas?

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